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Dolor frontal de la rodilla: cómo tratar el síndrome de dolor femororrotuliano

Si ha experimentado dolor en la parte frontal de la rodilla, alrededor de la rótula, probablemente se trate de una afección llamada síndrome de dolor femororrotuliano. Conocida también como “rodilla de corredor” o “rodilla de saltador”, esta afección puede ocurrir a cualquier edad, pero es más común en adolescentes, adultos jóvenes, atletas y aquellos que han llegado recientemente a la pubertad.

El síndrome de dolor patelofemoral generalmente no es causado por un trauma; en cambio, puede parecer que simplemente aparece. Debido a que ningún incidente es el culpable, una persona que lo experimenta puede sentirse inclinada a superar el dolor o seguir participando en deportes o actividades. Cuando el dolor no desaparece y, de hecho, empeora, la flexión y extensión diaria de la rodilla puede volverse intolerable.

Los atletas más jóvenes son particularmente vulnerables al síndrome de dolor femororrotuliano. Durante la pubertad, los huesos de una persona joven crecen rápidamente, superando la tasa de crecimiento de ligamentos, tendones y músculos y ejerciendo más presión sobre las articulaciones. Además, las mujeres tienen caderas más anchas en comparación con los hombres y esto puede cambiar la alineación de la rodilla e impactar el movimiento de la rótula en el surco troclear. Los atletas que practican carreras, fútbol, voleibol, porristas y bailes podrían experimentar este tipo de dolor de rodilla.

Otras causas del síndrome de dolor patelofemoral incluyen debilidad muscular, rigidez, fatiga, uso inadecuado del calzado y patrones de movimiento deficientes. Otros factores que contribuyen incluyen el sobreentrenamiento o las malas técnicas de entrenamiento. Y estar sentado durante mucho tiempo detrás de un escritorio durante la semana, junto con actividades extremas de "guerrero de fin de semana", puede crear una oportunidad para el síndrome de dolor femororrotuliano.

Los pacientes deben evitar actividades irritables y aplicar hielo dos o tres veces al día para disminuir la inflamación. La fisioterapia juega un papel importante para volver a la normalidad. En las sesiones de fisioterapia trabajamos con los pacientes para mejorar la flexibilidad, estirar los isquiotibiales y fortalecer los cuádriceps y la cadera mediante ejercicios muy específicos. Normalmente me gusta ver pacientes con esta afección dos veces por semana durante cuatro a seis semanas.

Debido a la multitud de factores que contribuyen a cada individuo que experimenta el síndrome de dolor femororrotuliano, es importante dejar que un fisioterapeuta experimentado evalúe su caso y desarrolle un plan de terapia que se ajuste.

 

Obtenga más información sobre el dolor general de rodilla visitando nuestra publicación de blog, Dolor de rodilla explicado.

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