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Mi dolor de espalda: uso de la fisioterapia para tratar el dolor lumbar

Si ha experimentado dolor lumbar, no está solo. Según el Instituto Nacional de Trastornos Neurológicos y Accidentes Cerebrovasculares, alrededor de 80% de adultos estadounidenses (tanto hombres como mujeres) experimentarán dolor lumbar en algún momento de sus vidas. Para muchos pacientes, la fisioterapia es una herramienta eficaz para mejorar el dolor lumbar y restaurar la fuerza y la función.

La espalda baja, o región lumbar, es una parte increíblemente importante del cuerpo. Compuesta por cinco vértebras, la espalda baja soporta el peso de la parte superior del cuerpo mientras realizamos nuestra vida diaria. Varios componentes tienen que trabajar juntos para que la espalda baja funcione correctamente. Los cojines o discos suaves entre las vértebras actúan como amortiguadores mientras caminamos, levantamos, corremos y saltamos. Los ligamentos mantienen las vértebras en su lugar. Los tendones unen los músculos a la columna vertebral. Finalmente, decenas de pares de nervios están incrustados en la médula espinal. Cada una de estas partes funciona en conjunto, por lo que cuando algo se ve comprometido, sentimos dolor.

No hay dos pacientes que experimenten dolor lumbar tengan la misma constitución, razón por la cual un entorno de fisioterapia puede ser tan efectivo para abordar los problemas y la mecánica corporal del paciente. Nuestro objetivo es restaurar el movimiento fisiológico normal en la zona lumbar mediante técnicas de terapia práctica probadas que se concentran en cada articulación. En muchos casos, este abordaje mecánico es mucho más eficaz (y ciertamente menos invasivo) que la cirugía.

Algunos de los pacientes que atendemos experimentan dolor debido a la estenosis espinal o al estrechamiento de los espacios en la columna. Esto suele deberse a la edad, el desgaste normal o la artritis. A medida que las articulaciones se vuelven más duras y estrechas con el tiempo, pueden invadir los nervios que están arraigados allí. Cuando eso sucede, los nervios se comprimen. Utilizamos técnicas que incluyen modalidades de tracción, terapia manual, manipulaciones articulares y ejercicios de extensión tanto en la clínica como en casa. Estas terapias ayudan a que los nervios tengan más espacio para funcionar y pueden ayudar a reducir el dolor en nuestros pacientes.

Aprender cómo manteniendo una buena postura puede ayudar a aliviar el dolor de espalda.

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