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Lesión del tendón de Aquiles

El tendón de Aquiles es una parte esencial de la vida diaria. Esta banda de tejido, que se extiende desde el hueso del talón hasta el músculo de la pantorrilla, le permite participar en todo, desde deportes competitivos hasta actividades recreativas, o simplemente moverse. Si bien el tendón de Aquiles es el tendón más fuerte y grueso del cuerpo, también puede ser vulnerable a lesiones.

Cómo ocurren las lesiones del tendón de Aquiles

Los atletas ciertamente experimentan una buena cantidad de lesiones en el tendón de Aquiles, pero también la persona promedio. Una variedad de problemas pueden hacer que el tendón se desgarre parcialmente o incluso se rompa. Estos incluyen un movimiento brusco e incorrecto al bajar, el uso prolongado de zapatos de tacón alto, lesiones por contacto o uso excesivo. Un desgarro puede ocurrir en cualquier parte del tendón desde el talón hasta la pantorrilla. Las lesiones son más comunes en personas de mediana edad y, por lo general, afectan a los hombres con más frecuencia que a las mujeres.

Cómo reconocer una lágrima

Los desgarros parciales, que se orientan vertical u horizontalmente a lo largo del tendón, son mucho más comunes que las roturas o desgarros completos. Generalmente puedes sentir un desgarro cuando sucede. Hará que el área alrededor del tendón de Aquiles se sienta dolorida y sensible y puede causar hinchazón. Cuando un paciente experimenta un desgarro completo, la marcha normal se ve instantáneamente comprometida ya que el tendón se corta y esencialmente se enrolla como una cortina romana. Una ruptura requerirá cirugía y fisioterapia de seguimiento.

Tratamiento de un desgarro parcial o una ruptura posoperatoria

Una recuperación completa de una lesión en el tendón de Aquiles exige paciencia. El descanso es clave. Si la cirugía no está indicada, algunos pacientes se benefician usando una bota para mantener el tendón en una posición neutral. Si está indicada la cirugía, el paciente será remitido a fisioterapia generalmente alrededor de las 6th semana posoperatoria, pero permanecerán en una bota hasta 12 semanas después de la operación, en promedio.

Durante las sesiones de terapia, un fisioterapeuta estirará manualmente el tendón para reforzar el flujo sanguíneo y mejorar la relación entre el tendón y el hueso del talón y/o el músculo de la pantorrilla. El PT también emitirá ejercicios en casa para fomentar la curación y minimizar la inflamación. Cuando el paciente esté listo, el fisioterapeuta introducirá ejercicios suaves como elevaciones de pantorrillas sentado y ejercicios con bandas terapéuticas para aumentar el flujo sanguíneo. A continuación, el terapeuta guiará al paciente a través de una progresión de actividades de caminata y estiramientos dinámicos, como estocadas y elevaciones de pantorrillas de pie, con el objetivo de eventualmente regresar al nivel de actividad deseado por el individuo. Otra parte importante de la terapia es restaurar (o mejorar) el sentido del equilibrio del paciente, por lo que un terapeuta también puede implementar ejercicios que mejoren la biomecánica. A medida que el paciente desarrolle fuerza y flexibilidad, será posible volver a correr y saltar.

Mantenimiento continuo

Un programa de ejercicios en casa es una parte clave para ayudar a sanar un tendón de Aquiles desgarrado durante la terapia. También es importante usar calzado adecuado. Si bien los adultos activos siempre están ansiosos por volver a sus rutinas anteriores, es fundamental que practiquen la paciencia y permitan que el tendón de Aquiles sane por completo para evitar una nueva lesión.

 

Si siente dolor, pero no cree que tenga una lesión en el tendón de Aquiles, es posible que esté sufriendo tendinitis de Aquiles. Aprender más acerca de Tendinitis de Aquiles y sus tratamientos disponible.

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