Son coloridos, atractivos y divertidos, y parecen lugares fantásticos para colocar a su bebé mientras usted se toma un descanso muy necesario.
Pero, ¿los andadores, los platillos deportivos y los saltadores son realmente buenos para los bebés?
Existe una creencia cada vez mayor entre los fisioterapeutas y terapeutas ocupacionales pediátricos de que estos dispositivos infantiles comunes no son la mejor manera de promover el desarrollo motor grueso o el desarrollo cognitivo, y que en realidad pueden promover retrasos o un desarrollo atípico. Es una buena idea comprender exactamente qué sucede cuando su bebé usa un andador o un saltador, para que pueda tomar una decisión informada sobre cómo integrarlos en su rutina diaria.
Posibles preocupaciones de seguridad
La seguridad es una preocupación constante con estos dispositivos. Una de las mayores preocupaciones de seguridad es que el bebé ahora está erguido y puede moverse si está en un andador. Esto les permite libertad de movimiento en posición vertical antes de que estén preparados cognitiva y físicamente para este movimiento, y les permite acceder a una variedad de elementos dañinos que se encuentran en mostradores, mesas y otros lugares de la casa. De hecho, este tipo de preocupaciones llevaron a una prohibición de andadores para bebés en Canadá, que está vigente desde 2004.
Comprender el desarrollo
Para lograr habilidades físicas y cognitivas adecuadas, los bebés y los niños deben pasar por ciertos hitos del desarrollo, como rodar, sentarse, gatear y caminar. Si tiende a poner a su bebé en un andador, una plataforma de ejercicios o un saltador con frecuencia, esto puede interferir con las vías del cerebro y la progresión natural de los hitos. Los bebés tienden a tener una mala postura cuando están en estos dispositivos, ya que se inclinan o bloquean las piernas, o simplemente se inclinan y mantienen las piernas dobladas o colgando. Esto puede promover el desarrollo de malos hábitos, como caminar de puntillas y rebotar o saltar continuamente cuando se lo sostiene. Además, estos dispositivos no permiten que los bebés giren su tronco o cambien su peso con control, lo que afecta su desarrollo del equilibrio. Cada vez que nos movemos, nuestro cuerpo aprende. Cuando a un bebé se le permite moverse en el suelo, como gatear o tirar para pararse en una superficie estable, está trabajando en su equilibrio. Esto se realiza mediante la repetición de movimientos y la retroalimentación de nuestros músculos/articulaciones a nuestro cerebro. Esta es una forma de desarrollar el control del equilibrio y no se logra con un andador, un ejercisador o un saltador. Por último, estos dispositivos tampoco permiten que los bebés exploren sus pies, lo cual es necesario para el desarrollo general, pero especialmente para la progresión hacia la marcha independiente.
Qué hacer
Limite el uso de andadores, platillos deportivos y saltadores a no más de 15 minutos al día. Cuando esté en dichos dispositivos, coloque una almohada o un libro debajo de los pies de su hijo para que tenga más posibilidades de pararse con los pies planos que pararse de puntillas o girar los tobillos. Mejor aún, cree un lugar de juego en el piso para los bebés, como puertas o corrales para bebés, que los mantendrán seguros, pero les permitirán moverse y explorar por sí solos. Las alfombras de juego con juguetes para alcanzar también son excelentes. A los bebés les gustan los juguetes de diferentes colores, texturas y sonidos. También puede utilizar un Pack n' Play para mantener seguro a su bebé, ya que esto le permitirá rodar, gatear e incluso ponerse de pie. Mejor aún, tírese al suelo con su bebé. Interactúe con ellos, ayúdelos a alcanzar los juguetes o sus pies, ayúdelos a rodar y pase mucho tiempo supervisado con el abdomen despierto.
En general, queremos bebés y padres sanos y felices. Jugar en el suelo de forma segura es la mejor manera de fomentar el movimiento y el desarrollo general. Colocar a los bebés en dispositivos como andadores, saltadores y platillos deportivos puede limitar esto.
Catherine Stubbs, PT, DPT, PCS es fisioterapeuta autorizada y directora del departamento de rehabilitación pediátrica en Columbus, GA. Trabaja en HPRC desde 2002. Catherine recibió su maestría en fisioterapia en 2000 de North Georgia College and State University y su DPT en 2019 de la Universidad de Arcadia. Es una especialista clínica certificada por la junta APTA en fisioterapia pediátrica. Catherine vive con su esposo, Brian, y sus hijos en Columbus, Georgia.